El Caurel es una comarca situada al Sureste de la provincia de Lugo. El territorio de este ayuntamiento está situado en la Sierras Orientales, que desde la Sierra de Rañadoiro descienden hacia las llanuras de Monforte, formando un profundo valle surcado por el río Lor y flanqueado por los montes de Lóuzara y Serra de Trapa, a su derecha, y la Sierra de O Courel, a su izquierda.

La forma mas extendida de su nombre es O Courel, aunque el nombre usado de siempre por sus gentes es el mencionado de O Caurel. Sobre el origen de este nombre, podría estar relacionada con la voz latina "aureum" (oro), ya que durante la dominación romana en esta zona se explotaron numerosos yacimientos auríferos. Otra posibilidad es la voz "Caurus" (Viento del Noroeste), por su situación geográfica en la Península.

La extension del municipio es de 193 Kms. cuadrados, lindando por el Norte con los ayuntamientos de Samos y Pedrafita; por el este con los montes del Cebreiro; por el Sur con el ayuntamiento de Quiroga y por el Oeste con los de Pobra de Brollón y Samos. Su situación geográfica es: latitud: 42º 35' Norte, y longitud 7º 11' Oeste, siendo su altitud media de alrrededor de 600 m. sobre el nivel del mar.

Su orografía, con perfiles vertiginosos, de estrechos valles encajonados entre laderas que, en algunos casos rozan la verticalidad y, coronadas por una sucesión de cumbres notables como las de Pía Páxaro, Montouto, A Cabra y Formigueiros, con 1.643 m., que es su cota máxima. Las cumbres más destacadas son: Formigueiros (1642 m.), a Escrita (1450 m.), Palas (1239 m.) y Carballal (1109 m.). O Boi (1.451 m.); O Coto (1.054 m.); A Cobra (1.419 m.); Pico da Cova da Vella (1.298 m.); Barreiro (1.203 m.); Chancencandas (1226 m.); Veiga (1.273 m.); Chao dos Lobos (1.265 m.); Chao do Marco (1.554 m.); Cabeza do Couto (1.436 m.); Veiga (1.273 m.); Alto de Monteiros, Campolongo, Carballal, Uraquiña, Lameiros, Salgueiro y Teso de Roa. El territorio es montañoso, con el perfil redondeado característico de las viejas montañas de Galicia.

Del Nordeste al Sudoeste lo atraviesa la Sierra del Caurel, que se une con los Ancares en el puerto de Piedrafita del Cebreiro. Al Oeste se encuentran las sierras de Lóuzara, de la Trapa y de Pena Redonda, y al Sudeste el Montouto, donde conflúyen las provincias de Lugo, Leon y Orense. En Formigueiros se sitúa la laguna glaciar de Lucenza .

El Caurel presenta grandes contrastes climáticos, con veranos suaves e inviernos húmedos y fríos, dado que las diferencias de altitud entre cumbres y valles llegan a ser de 1.000 m. La confluencia de las tendencias climáticas mediterránea y eurosiberiana, convierten al clima oceánico de la comarca, en clima de montaña en las altas sierras, apreciándose, por lo tanto, fuertes variaciones de temperatura de invierno a verano, con una clara tendencia a las sequías estivales.

La base geológica del Caurel es la pizarra, pero se pueden encontrar zonas con cuarcitas y calizas. Esta comarca fué de gran importancia en la época de la dominación romana, en la que se explotó el oro, el hierro y el antimonio que encerraban sus montes. Hoy en día el principal recurso minero son las canteras de pizarra (louseiras), que son el medio de vida de muchas familias, a pesar de originar graves problemas ecológicos, con la degradación del paisaje y los vertidos que contaminan el río. Su ubicación, en las Sierras Orientales, condicionó los asentamientos humanos. Su difícil y accidentada orografía imposibilitó el establecimiento de una buena red de comunicaciones; por todo ello, el medio rural sufrió desde hace años un grave proceso de despoblamiento y envejecimiento, que conlleva serias repercusiones ambientales, sociales y culturales. A lo largo del siglo sufrió una importante despoblación, que iniciaba con 6.413 vecinos, cifra que osciló hasta la década de los años cuarenta en la que sufrió un descenso que no se detuvo hasta cuarenta años más tarde.

La evolución demográfica entre 1981 y 1991 fue de un -14´9%. Hoy en día, el municipio de Folgoso do Caurel mantiene un considerable equilibrio entre las nueve parroquias que lo componen, pues la densidad demográfica es muy similar en todas ellas, oscilando entre los 3'7 hab./Km2 de Hórreos y los 24'6 hab./Km2 de Noceda. El accidentado relieve salvaguardó a toda la comarca de muchos avatares históricos. Aún así, el viajero que se acerque a estas tierras encontrará testimonios prehistóricos como son los castros de Vilar y Megoxe y las cuevas rupestres do Oso en Moreda.

De época romana se conservan abundantes asentamientos relacionados con la extracción aurífera, además de los hallazgos de Torre Cabreira y Monte Cido. La riqueza minera de esta zona fue explotada por los romanos, ayudándose de sofisticadas obras de ingeniería (ruina montium). Estas minas a cielo abierto, excavadas en la montaña, necesitaban del agua de estos cauces fluviales para el proceso de arranque, arrastre y lavado del material, por lo que son numerosos los canales excavados en el monte para facilitar su transporte hasta la explotación.

Entre las minas más importantes se encuentran las de Torubio Oeste, en la parroquia de Esperante, y la Mina da Toca, en la de Seoane. De época medieval subsisten templos, caseríos y ruinas de fortalezas como el castillo de Carbedo, cerca del pueblo del mismo nombre. Sin embargo, el hecho histórico más reseñable del municipio se centra en el refugio que los monjes de Samos, en pago a los muchos favores recibidos por D. Fruela, prestaron al hijo de éste, Alfonso El Casto, para protegerlo de las iras de su tío D. Aurelio, que ocupaba el trono. Buscando los monjes el mejor modo de protegerle, eligieron el lugar de Sobredo en la parroquia de Santa María de Folgoso. El futuro rey (desde finales del siglo VIII hasta principios del IX) recibió sus primeros estudios en la iglesia monasterial de Visonia, la actual Visuña.

La base económica del municipio está fundamentada en el sector primario, que da trabajo a tres cuartas partes de la población activa. Esta base productiva está determinada por su condición montañosa, aislada de los centros económicos. Este sector se configura en torno al aprovechamiento forestal y a los productos del mismo: castañas, arándanos, setas; así como la actividad agrícola-ganadera centrada en pequeñas explotaciones familiares de ganado porcino y, de orientación mixta, vacuno sobre todo.

La cabaña bovina es la más numerosa, duplicando en número de cabezas a las de ganado porcino y triplicando al ovino. Por lo que se refiere a las tierras de cultivo no representan ni un dos por ciento del total de la superficie del municipio, siendo los prados y pastizales un ocho por ciento; mientras que un noventa por ciento es superficie forestal. El sector secundario ocupa al 2% de la población activa del municipio, mientras que la construcción da trabajo al 6%. Actualmente, este sector no supera el carácter de empresa familiar, excepto el subsector pizarrero, con importantes filones explotados por varias empresas.

En el pasado, la explotación minera fue abundante y, buena prueba de ello es la riqueza toponimia del municipio. El sector terciario ocupa al 15% de los trabajadores, centrando sus espectativas en el aprovechamiento turístico de sus recursos medioambientales, canalizados bajo el Plan Caurel de la Xunta de Galicia a través del Grupo Local de Desenvolvimiento Rural. El verdadero eje del Caurel es el río Lor, del que las fuentes están en el Cebreiro (Fonlor), sobre los 1100 m. de altitud y sale del término por debajo de los 400. Aquí conviven una gran variedad de ecosistemas, lo que lo convierte en uno de los lugares ecológicamente mas ricos en diversidad tanto animal como vegetal, siendo la Devesa de Rugueira, en la sierra del Caurel, la reserva botánica de Galicia.

El Lor conflúye con el Sil a la altura de Ambasmestas, después de desarrollar un recorrido de 50 Km., de los que más de la mitad pertenecen al Caurel. La cabecera de su nacimiento adquiere cierta amplitud al unírsele afluentes que llegan de manera perpendicular al río y forman valles recogidos de sección en V. Son los ríos Romeor (Río Maior) y el Pequeno, Carballido, Laruda, Redoresta y los arroyos de Vilela y A Regueira. A partir de Seoane el valle del Lor se hace estrecho y sus afluentes son menos numerosos pero mas largos, como el Rego da Veiga, que pasa cerca de Ferreirós, y el Lóuzara, el mas importante de toda la cuenca. Desde el punto de vista hidrográfico, el Lor, afluente del Sil es la principal arteria fluvial, hacia la que drenan otras arterias secundarias como el Lóuzara, el Selmo, Carballido, Laruda, Pequeno y Redoresta.

La alternancia de suelos y el clima húmedo de montaña permite una rica variedad florística, estableciéndose un escalonamiento altitudinal en su disposición. Así, en las cumbres se adscriben los piornales; un segundo nivel, por debajo de los 1.400 m., se caracteriza por las formaciones de hayas; les siguen los avellanos, abedules, tejos, castaños, acebos y robledales.

Por debajo de los 800 metros, en asociación con los suelos calizos, son abundantes la presencia de encinas, retamas, madroños y brezales; ya en las riberas, aparecen de nuevo las formaciones de castaños y abedules. Esta riqueza arbórea alberga todo un elenco faunístico: lobos, zorros, jabalíes, tejones, martas, jinetas, armiños, diversas aves migratorias y otras que colonizan medios menos boscosos, como la perdiz roja o el búho real, entre otros. De interés piscícola son la trucha común y las anguilas y, cinegéticamente, el conejo, la liebre, el corzo y, sobre todo, el jabalí.