La cueva de Reibarba, situada en las cercanías del barrio del mismo nombre en la localidad de Visuña, es menos conocida que otras cavidades naturales de la Sierra del Caurel, como las de Ceza, Arcoia, Tralacosta o la Buraca das Choias.

Su entrada es particularmente difícil de localizar, una abertura de poco más de un metro de diámetro que está oculta en una ladera cuberta de vegetacion. Una vez descuberta la boca de la caverna, el recorrido por su interior no resulta muy problemático para las personas habituadas a las prácticas espeleológicas.

Uno de los trechos mas complicados es precisamente el de la entrada, de tipo vertical, que obliga a hacer un descenso con la técnica del rápel. De esta manera se accede a una galería principal con muchos pasos estrechos, subidas y bajadas. Desde esta sección es posible pasar a otras partes de la gruta realizando ascensos con cuerdas.

El nivel de humedad de la gruta no es muy elevado, lo que facilita el desplazamiento de los espeleólogos. La visita tiene una duración aproximada de cuatro horas.

En el interior de la cueva destaca la presencia de formaciónes calcáreas del tipo coladas, con una vistosa coloración en la que predominan los ocres.