Los llamados "caleiros" son relativamente abundantes en el Caurel, y llamarán la atención de aquellos que no conozcan su función.

Se trata de antiguos hornos de cal, donde se cocía la roca caliza para obtener, tras un laborioso proceso, la cal viva necesaria como material de construcción en tiempos remotos.

Son construcciones circulares hechas en piedra, generalmente pizarra, que se llenaban hasta la mitad con leña y encima se colocaba la piedra caliza.

Luego de cubrir todo con tierra, se encendía el horno y tras varios dias ardiendo, se recogía la cal viva, que luego se trituraba hasta formar un polvo fino.