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CARLOS CANO

01-MARIA LA PORTUGUESA – La m

Carlos Cano

 

En las noches de luna y clavel, de Ayamonte hasta Villarreal,
sin rumbo por el río entre suspiros
una canción viene y va,
que la canta María al querer de un andaluz
María es la alegría y es la agonía
que tiene el Sur.

Que conoció a ese hombre
en una noche de vino verde y calor,
y entre palmas y fandangos
la fue enredando le trastornó el corazón.
Y en las playas de Isla se perdieron los dos
donde rompen las olas besó su boca y se entregó.

Ay, María la Portuguesa, desde Ayamonte hasta Faro
se oye este fado por las tabernas


donde bebe vino amargo

¿por qué canta con tristeza? ¿por qué esos ojos cerrados?
Por un amor desgraciado por eso canta, por eso pena.

Fado porque me faltan sus ojos.
Fado porque me falta su boca.
Fado porque se fue por el rio.
Fado porque se fue con la sombra.

 

Dicen que fue el “te quiero”
de un marinero
razón de su padecer,
que una noche en los barcos
del contrabando
p’al langostino se fue.


Y en las sombras del río
un disparo sonó
y de aquel sufrimiento
nació el lamento
de esta canción.

 

Ay, María la Portuguesa, desde Ayamonte hasta Faro
se oye este fado por las tabernas
donde bebe vino amargo
¿por qué canta con tristeza? ¿por qué esos ojos cerrados?

Por un amor desgraciado por eso canta, por eso pena.

Fado porque me faltan sus ojos…

02-TANGO DE LAS MADRES LOCAS – C1 Mi m

Carlos Cano

 

Todos los jueves del año a las once la mañana,
junto a la plaza de mayo, con lluvia frío o calor,
te esperaré, vida mía, frente a la Casa Rosada,
la espina de tu mirada clavada en mi corazón.


Me dicen que no te fuiste, mi bien,

que te desaparecieron,
que te vieron en ¡a cuneta,

cantando el «Yira» de Carlos Gardel,
que de pronto te esfumaste, que te borraron del mapa,
que ni siquiera naciste,

que medio loca mamá te inventó.

Con Malvinas o sin Malvinas

grito tu nombre por las esquinas
mientras que los generales

se dan al tango por los portales.

 

Tango de las madres locas.

Coplas de amor y silencio.
Con vida se los llevaron

y con vida los queremos.

Con Malvinas o sin Malvinas.

¿Dónde está Pedro? ¿Dónde está Lydia?

Con Malvinas o sin Malvinas

grito tu nombre por las esquinas.


Cada vez que dicen: patria, pienso en el pueblo
y me pongo a temblar en las miserias que vienen
y en los fantasmas de la soledad.
Petronila, ¿qué te hicieron? ¡qué mala cara tenéis!
-La que me dejó Videla -A mí Galtieri, ya ves...

03-ALACENA DE LAS MONJAS – Re m

Carlos Cano

 

En el convento de las esclavas de Santa Rita
Andan las monjas dale que dale por la
cocina
Con las sartenes y las perolas en los fogones
Y las tinajas llenas de tortas de chicharrones.


El torno rueda, rueda que rueda "Ave María"
Y la tornera: "Pues sin pecado fue concebida"
"¿Que quieres niño?" "¿Tiene usted
dulce de calabaza?"
"Recién salidos, da gloria verlos como la escarcha".

A freír ya los pestiños
Hermanas, que es
Navidad
Vamos a cantarle al Niño
Con cariño y humildad

Alacena de las monjas Que te dan gloria bendita
Pastelillos de toronja y dulce de leche frita
Se dice que fue la virgen que en sueños se apareció
A la madre superiora y esta
receta le dio:
Medio kilo azúcar blanca
Agüita del avellano
Y al perol  la
calabaza

 

Tres Salves, y un Padrenuestro y la gracia de tus manos,
Tres Salves, y un Padrenuestro y la gracia de tus manos

En el convento de las esclavas ¡Jesús que pena!
Hay una monja con bulanicos en la cabeza
Que por ser mala la Virgen pura como castigo
Le ha retirado el don del almíbar a sus pastelillos


Los niños juegan en Plaza Nueva a la rueda-rueda
Igual que rueda la cabecita de la tornera
Que por un dulce de calabaza, Dice la copla
Que por un dulce de calabaza Se volvió loca.

Queda la hermana tornera
Vestida de Satanás
Y fue a robar la receta del
dulce de Navidad.

Alacena de las monjas…

04-HABANERAS DE CADIZ – C1 Fa# m

Carlos Cano

 

Desde que estuve, niña, en La Habana no se me puede olvidar
tanto Cádiz ante mi ventana, Tacita lejana,
aquella mañana pude contemplar...

 

Las olas de la Caleta, que es plata quieta,
rompían contra las rocas de aquel paseo
que al bamboleo de aquellas bocas
allí le llaman El Malecón...

Había coches de caballos, que era por mayo,
sonaban por la Alameda, por Puerta Tierra,
y me traían, ay, tierra mía,
desde mi Cádiz el mismo son...
El son de los Puertos, dulzor de guayaba,
calabazas, huertos...
Aún pregunto quién me lo cantaba...

Que tengo un amor en La Habana
y el otro en Andalucía,
no te he visto yo a ti, tierra mía,
más cerca que la mañana
que apareció en mi ventana
de La Habana colonial
tó Cádiz, la Catedral, La Viña y El Mentidero...

 

Y verán que no exagero
si al cantar la habanera repito:
La Habana es Cádiz con más negritos,
Cádiz, La Habana con más salero.


Verán que tengo mi alma en La Habana
no se me puede olvidar,
canto un tango y es una habanera,
la misma manera
tan
dulce y galana y el mismo compás.
Por la parte del Caribe así se escribe
cuando una canción de amores, canción tan rica,
se la dedican los trovadores
a una muchacha o a una
ciudad...
Y yo, Cádiz, te dedico y te lo explico
por qué te canto este tango que sabe a
mango,
de esta manera esta habanera
de piriñaca y de Carnaval...
Son de chirigota,
sabor de melaza,
Guantánamo y Rota...
¡Que lo canta ya un coro en la plaza!


Que tengo un amor en La Habana…

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